jueves, 2 de abril de 2015

La perfección da mal rollo

Noche de las almas

Seguimos siendo almas perdidas que buscan el descanso eterno, seguimos siendo aquellos que buscan sin cesar las almas gemelas que nos acompañarán hasta donde el cielo besa la tierra.
Que seguimos siendo aquellos seres que andan y andan sin cesar por los abarrotados caminos de espino.
Que seguimos siendo los que escriben sin cesar las penas más ocultas que pueden, quizás, abrir nuestros corazones de par en par para que nos los cuiden y lo amen eternamente.
Los seres humanos, qué egoístas todos y cada uno de ellos, anteponiendo los deseos propios antes que los de los demás.
Tan solo, quizás, fuera mejor el mundo si pensásemos en los demás, yo el primero. Egoísta.

Que escribir sigue siendo equiparable a revibir los mimos que tanto los tulipanes necesitan, siempre se pueden llenar páginas y páginas, hasta un libro escribir. Pero seguiremos siendo siempre los mismos cuerpos tristes y sin vida que rellenan el mundo de mierda.
Aunque escribamos, siempre nos faltará esa chispa que enciende los motores de nuestras penosas vidas, penosas y cortas.

Dolor, dolor por quien se va, por quien empiezas a conocer y tu corazón de tulipanes entregas.

Pero todas las almas vuelven a su cauce después de conseguir aquella estrella que buscaban al surcar los cielos y llenarlos de luz.

Al final seguimos siendo aquellos niños que temen a la oscuridad, miedo milenario que jamás se borrará.