viernes, 21 de noviembre de 2014

Debemos de estar locos.

Cómo cambian las circunstacias, un día de repente miras al espejo donde siempre te miras y ves lo cambiado que estás, las arrugas que surcan tu cara, los ojos más duros que de costumbre, el pelo que solías tener ya  no está donde debía estar.
Las ideas que poseías ya casi no las compartes. Todo cambia con el paso del tiempo, incluso las personas que amabas, ya no las amas y deseas amar a otras personas que más cerca están de tu presencia.
Antes veías el cielo nocturno y deseabas no despertar jamás o nunca dormirte, ahora deseas que sea de noche para soñar junto a la persona que quizás más ame en este mundo, ahora tan solo deseas compartir los pequeños detalles de la vida cotidiana que tanto antes te abochornaban y entristecían.
Todo se ha vuelto del revés, no entiendo qué soy, no sé quién soy o en qué me he convertido. Quizás el comportamiento no sea el correcto, quizá estoy cometiendo el mismo error que siempre, quizá y solo quizás, tenga una oportunidad más.
No quiero porque sé que un día acabará y no podré soportarlo. Aunque es tan hermoso que no quiero reprimir nada.
Todo se confunde con un tremendo sentimiento, todo es borroso como un sueño, como el lugar perfecto, como el corazón cuando se descongela.
Los pequeños detalles son los que marcan la diferencia, los detalles minúsculos que todos ven aunque nadie quiere tocar. Detalles cotidianos. La vida en sí siempre será la misma mierda, siempre será el lugar vacío del que procedemos todos. Nadie es diferente en ese sentido. Todos, al fin y al cabo, acabaremos muriendo. Por eso es tan importante querer a alguien, por eso es tan complicado amar. Por eso es tan duro vivir y ser vivido.

"En un barco voy y en un barco iré, hasta la resonancia de la frase perfecta, en la noche llegaré."

Un día, en el espejo miras y descubres que eres mayor. Un día delante del espejo estás y nada es igual, todo es diferente de como lo sentías. Todo cuanto crees saber de ti, simplemente, desaparece.

Pero todo es irreal, porque, ¿qué es vivir?

viernes, 14 de noviembre de 2014

Día 18

Algún día ahí te llevaré, donde el cielo azul se tiñe de rojo y naranja. Aquí, donde la hierba es verde, algún día conmigo estarás. En este lugar, donde la ilusión se viste de blanco, negro y rojizo, donde el alma más pura se redime ante la majestuosidad que incorpora el paisaje.

Algún día te darás cuenta de lo que somos aquí, algún día desearás estar en este lugar tan hermoso y protuberante del planeta Tierra. Aunque solo algún día este sabor querrás probar y recordar como el más bello y hermoso de todos los sabores que has probado nunca en la vida.

Algún día estas palabras serán el acompañamiento perfecto para tus ilusiones que la vida ofrece de vez en cuando. Algún día, despacio andarás al ritmo de la música perfecta, música que tus oídos querrán escuchar por siempre. Querrás sentir estas palabras atravesar tu ser.

Algún día mi piel rozará la tuya, sin saber por qué, nuestras manos se cruzarán en un solo movimiento, sin saber muy bien cómo, los dedos aflojarán a los tuyos para recorrer la silueta del cuerpo del que enamorado estoy. Algún día querrás estar en esta perfección.

Algún día dejaré de existir y mi alma será transportada en una caja de madera de pino, llevada al lugar donde todas las almas se reúnen, enterrada en un agujero y depositada allí para descomponerse. Mi alma estará a salvo allí. Algún día te llevaré a este lugar.

Algún día, este lugar, al que la luz acude para llenar de alegría, será enterrado y sepultado bajo miles de toneladas de abruptas rocas y polvo, como mi alma. Algún día este lugar ya no será un lugar perfecto, no será un paisaje factible para esconderse, será un lugar más.

Algún día serás como yo, escribiendo por la noche, escribiendo de madrugada, sin casi pensar en qué escribes o cómo lo dices. Escribir para uno mismo es como morir, porque posees la misma libertad, puedes hacer lo que quieras, como quieras, nadie podrá decirte nada.

Algún día, cuando pueda verte, abrazarte, besarte y acariciarte, comprenderás que este lugar sin tu maravillosa alma no es nada. Es como un cielo nocturno sin Luna llena, Luna que estará roja conforme baje de este cielo tan maravilloso. Como tu alma y cuerpo, brillante.

Algún día estaré en este lugar tan bello y hermoso, tumbado con la espalda en el suelo acariciando la hierba más verde que jamás se haya visto en este pequeño mundo de humanos. Algún día, en este paisaje, estaré, tan tranquilo, en paz, que la muerte solo será un juego de niños.

Algún día, cuando todo esto termine de una vez, podré irme sin problemas de ningún tipo. Dicen que ahora empezamos a vivir realmente. Si esto es la vida, no quiero seguir aquí, quiero irme al lugar de los sueños, al lugar donde nunca se para de reír, donde todo es bonito.

Algún día te llevaré conmigo al lugar de los sueños, que, según dicen, se hace realidad al instante. Es maravilloso soñar, no lo es tanto posar los pies en algún terreno sólido, tan cuadrado, tan cerrado, tan poco soñador. Te llevaré conmigo si es lo que más deseas. Belleza.

Algún día te levantarás y te preguntarás el por qué de esta absurda existencia de lugar, por qué seguimos en este mundo que no es de nadie y pertenece a los humanos. Algún día podré decirte todo lo que hubiera sido que después no fue nada no será problema de escritura.

Algún día esta página tenía que acabar, al igual que esta canción tan motivante y relajante a la vez. Predica que vayamos despacio, pero justo en esa parte yo pienso: “los cojones despacio, es la mejor parte de la canción, despacio los cojones”. Y mi corazón late más deprisa por ti.