miércoles, 19 de diciembre de 2012

Ideales. Tú.

Todo el mundo dice que tengo que dejarla ir, pero, es imposible, pues me ha quitado el corazón, ella, tiene mi alma, ella, tiene mi corazón, y, con mi corazón a cuestas, ella muere. Muere por no poder venir, muere, porque no tiene mi abrazo, muere al no verme, al igual que yo y, si ella muere, yo moriré con ella, pues se lo debo.
No soy nada sin ella, sobrevivo, pero una parte de mí muere cada día, cada hora sin verla.
Todo es negro, oscuro y hace frío, en esta habitación donde todo empezó, hace frío. Este cuarto, con un sueño latente, un sueño lleno de caricias besos y abrazos. Un sueño que nunca se romperá. Que nunca se rompa.
Estemos donde estemos, soñaremos que juntos surcamos el cielo en busca de una montaña en la cual vivir. Soñaremos que, juntos de a mano, caminamos juntos en la noche, en el valle verde, lleno de animales y tan lleno de vidas que no nos daremos cuenta de lo corta que es la vida. Bajaremos por la ladera de la montaña corriendo sin tropezar y agarrados de la mano.
Encontraremos la calma y la paz en este sueño.
Aunque no nos crean, soñaremos, aunque no nos entiendan, nos besaremos.
Un pie camina al lado del otro, complementándose mutuamente, al igual que tú me complementas a mí.
La tristeza no sirve para nada si no se comparte, al igual que mi amor por tí, de qué sirve, no le encuentro sentido a nada de esto.
Solo quiero verte la cara una vez más para así poder explotar. Explotar por todos estos meses sin verte, explotar por todos estos sentimientos que no pueden ser liberados ahora.
La noche es mi amiga y mi enemiga a la vez, pues me inspira en los deseos y me hace sufrir al recordar que no estoy allí contigo.
Sentado aquí, tumbado allá, imagino, sueño.
Me siento cansado, ya nada puede hacerme levantar, ya nada me interesa. Todo está al revés, todo me aburre y quiero llegar hasta allí, contigo bajo la luz de las estrellas.
Gritaré tu nombre cuando no estés, sí, gritaré hasta desgarrar mi voz, gritaré al viento cuánto te amo, la susurraré a la noche que te cuide, que te arrope en la oscuridad.
Volveremos a sentir los latidos de nuestros corazones, que, acompasados estarán. La magia vendrá a nosotros, lentamente, arropará nuestros cuerpos desnudos en la noche, lentamente gritará en un susurro y explotará todo el amor que poseemos.
No importará cuántas guerras haya, no importará cuántas injusticias se produzcan, solo estaremos tú y yo, solos, abrazados nuestros labios en un abrazo eterno, en un beso que no sabrás cuándo parar, en un beso tan maravilloso que hasta la Luna querrá quedarse en esa noche, que nunca termine.
Escribo mil historias, mil poesías en hojas blancas, estarán escritas aquí, pero nadie en este mundo, nadie, podrá calmar el anhelo que siento por ti.
Caminarás no eterno camino, siempre unidos, escapando del mundo, que nos buscará, pues vacío quedará sin nosotros.
Estaré y seré la sombra del día, que protegerá tu cuerpo en la noche, cuando no puedas dormir.
Y ahora, recuérdame como aquel que entró en tu vida, recuérdame como aquel que simples frases dijo, como aquel que una chispa encendió en el motor de tu vida, recuérdame como aquel que solo quiere ayudar. Y olvídame, porque ya no me necesitas, olvídame porque ya sabes lo que quieres y ya no tienes ninguna duda sobre qué hacer o cómo estar.
Quiero que sepas que en mi corazón, latente, estarás porque tú me has proporcionado una nueva idea sobre este mundo, me has abierto la mente de una manera descomunal, tú, me has hecho sentir millones de cosas diferentes, como el amor, que una nueva visiónn de él me has dado.
La música. La música calma mi tristeza de añoranza, la música anima a mi corazón a latir más fuerte. Esta magnitud regula mi estado de melancolía.
Si no estás aqui, poco puedo hacer, si no estás, mi mente se atrofia, agárrate bien a la cuerda que mi mano sujeta y con más fuerza que nunca, tiraré y tiraré hasta que tu mano, junto a la mía esté. Nada más importará, tú de puntillas, y agachado mi ser estaremos. Juntos, nuestros labios se confundirán en un sólido fuerte e indestructible, que nadie en esta historia de amor podrá romper jamás y en este mundo que tú y yo forjaremos en paz.
En paz nos abrazaremos, en paz dormiremos el uno junto al otro. Viajaremos lejos, muy lejos.
Saldremos de este mundo. Sí, abandonaremos todo esto, que axfisiándonos está.
Cuando te vea, amor, te miraré a los ojos, profundos ojos que posees. Los leeré y tú, con tu dulce y melodiosa voz, me traducirás ese lenguaje que entiendes solo tú.
Con la única y verdadera frase perfecta en los labios, nada alrededor quedará, la explosión que generaremos, será tan grande que nada quedará y, despacio, volaremos sobre el arco iris.
Despacio. Despacio.

domingo, 2 de diciembre de 2012